A la hora de utilizar internet y las nuevas tecnologías, nuestra manera de comunicarnos con el resto de las personas sigue cambiando profundamente. Nuevas aplicaciones de conversación instantánea aparecen cada día con el objetivo de facilitarnos la interlocución con amigos y familia.
Pero estas herramientas no solamente se usan a nivel personal. Los gigantes del sector de las redes y de las aplicaciones sociales como Facebook o WhatsApp trabajan en versiones profesionales para mejorar la comunicación en las empresas. Así, al igual que el correo electrónico ha sustituido el modo tradicional de escritura, las aplicaciones de mensajería instantánea podrían acabar destronando las relaciones sociales, el cara a cara, del todo. Incluso en situaciones comunicativas tan cotidianas como las reuniones entre vecinos.
Si las juntas en la mayoría de los casos se pueden ver como reuniones molestas que a menudo se convierten en campos de batalla entre propietarios, en realidad son indispensables para defender los intereses y los derechos de los vecinos. También se toman decisiones importantes referentes al mantenimiento del edificio.
En el caso de una junta de propietarios ordinaria, que se debe celebrar al menos una vez al año, el presidente tiene que convocar a todos los vecinos con seis días de antelación. Pero ¿cómo lo suele hacer?
Los medios más comunes para informar sobre este tipo de reuniones son los correos electrónicos o las circulares o los carteles en las entradas de los edificios. Sin embargo, muchas comunidades de vecinos optan por soluciones más modernas y usan las nuevas herramientas digitales para comunicar de manera más sencilla y rápida.
Aunque el uso de esta herramienta todavía no sea demasiado extendido, WhatsApp puede ser muy válido. Pero el presidente tiene que ser cuidadoso porque la accesibilidad y el domino de este tipo de herramientas es muy heterogéneo y depende mucho de la edad de los usuarios.