Como ya os comentamos en una ocasión los coches eléctricos están cada vez más a la orden del día, de hecho, ya existen comunidades que están implementando sistemas con puntos de carga para los mismos en los garajes. Pero lo novedoso ahora es un grupo de investigadores iniciará en el próximo año un estudio sobre la mejora de la conductividad eléctrica y su capacidad de almacenar calor en pavimentos asfálticos a partir del uso de betunes asfálticos que incorporan grafeno y nanomateriales carbonosos en su composición.
Lo que permitirá desarrollar nuevas mezclas asfálticas para la construcción de firmes de carreteras que faciliten la recarga por inducción de los coches eléctricos mientras circulan y, con ello, potenciar el uso de estos vehículos. Estas investigaciones forman parte del proyecto nacional GRAPHOS, iniciado en los últimos meses de 2016 por la empresa BECSA junto con otras siete compañías de diferentes sectores industriales (automoción, plástico, pinturas, tintas y recubrimientos, sector textil, electrónica, etc.) y con el apoyo de cuatro centros tecnológicos (Aimplas, AITEX, Cidetec y Leitat) y tres organismos públicos de investigación (ICMM-CSIC, IMM-CSIC y UPC). El proyecto se extenderá hasta el tercer trimestre de 2020.
Otra de las líneas de investigación es el empleo de grafeno funcionalizado para la creación de firmes que absorban el CO2 atmosférico, así como el desarrollo de mezclas bituminosas autocalefactables para aplicaciones antihielo y autorreparables con utilización de calor localizado, de manera que se aprovecha el efecto Joule que le confiere la adición de grafeno y nanocompuestos. El próximo año se realizarán los ensayos preindustriales de todas las aplicaciones desarrolladas y se ejecutarán tramos de prueba.
Firmes asfálticos más duraderos y sostenibles
BECSA, con su experiencia en la producción de firmes, se ha centrado en el aprovechamiento de las propiedades resistentes y de conducción térmica y eléctrica de nanomateriales carbonosos, de tipo GRMs/grafeno y estructuras relacionadas. También en sistemas multicomponentes y complejos como son las mezclas o aglomerados bituminosos (combinación de áridos y un ligante hidrocarbonado, de manera que todas las partículas quedan envueltas de forma continua y homogénea).
Todo ello supondrá aumentar la durabilidad de los firmes asfálticos (la superficie de la carretera), reduciendo las labores de conservación y de mantenimiento; minimizar su impacto ambiental, y potenciar el uso del vehículo eléctrico. Además, permitirá aprovechar las propiedades macroscópicas, mecánicas y de conductividad térmica y eléctrica de los hormigones fabricados con adición de nanomateriales carbonosos para aplicaciones innovadoras.
El proyecto está financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Banco Europeo de inversiones a través del programa CIEN, cofinanciado con fondos FEDER, mediante un presupuesto de más de 7 millones de euros y una ayuda de 5,4 millones en un periodo de cuatro años.